Flying-V, el avión que busca transformar los viajes aéreos

Un rediseño radical de los aviones comerciales, llamado avión Flying-V, podría aumentar la eficiencia del combustible en un 20%, lo que reduciría en gran medida las emisiones.

Una de las compañías aeroespaciales más grandes del mundo está desarrollando conjuntamente el «Flying-V», un avión de aspecto radical que podría hacer que la aviación sea menos costosa y más respetuosa con el medio ambiente.





El reto

Los viajes aéreos comerciales representan cerca del 3% de las emisiones mundiales de carbono. Puede que no parezca mucho, pero si la industria fuera una nación, sería el sexto mayor emisor del mundo, justo entre Japón y Alemania.

Pero no tardaría demasiado para ascender en la clasificación, dado que la ONU predice que las emisiones de la aviación se triplicarán con creces para 2050, debido al aumento de la demanda. Los viajes aéreos también son muy difíciles de descarbonizar en comparación con otras fuentes de emisiones, como la electricidad o los automóviles.

Estamos en una meseta en términos de eficiencia de la aviación, y Flying-V está tratando de romper esta meseta.

El avión Flying-V

Las aerolíneas podrían reducir el impacto climático de la aviación al optimizar las rutas de vuelo, cambiar a aviones eléctricos o actualizar las flotas a aviones más nuevos y más eficientes en combustible.

Pero algunos expertos están pensando en algo más grande, desarrollando aviones ‘radicalmente diferentes’ de los que actualmente surcan nuestros cielos.

Uno de ellos es el Flying-V.

El ingeniero Justuce Benad diseñó el avión durante su pasantía en Airbus Hamburg. Ahora, el avión único cobra vida en una colaboración entre Airbus, la Universidad Tecnológica de Delft (TU Delft) y KLM Royal Dutch Airlines.

Según manifestó a Euro News Roelof Vos, profesor asistente en la Facultad de Ingeniería Aeroespacial de la Universidad TU Delft en los Países Bajos:

Queremos tener un gran impacto en la reducción del consumo de combustible, y este avión está diseñado para ser más eficiente energéticamente.

Estamos en una meseta en términos de eficiencia de la aviación, y Flying-V está tratando de romper esta meseta.

Cómo funciona

El Flying-V está diseñado para transportar alrededor de 300 pasajeros, pero a diferencia de los aviones tradicionales de pasajeros, que tienen alas que sobresalen del centro de un fuselaje en forma de tubo, tiene dos fuselajes conectados en ángulo.

Esta forma de “V” produce menos arrastre que un avión estándar y también ayuda a mantener bajo el peso del avión. Como explicó el profesor Vos:

Normalmente, los pasajeros se sientan en el medio de un avión y el ala genera la sustentación; esas fuerzas luego deben transferirse a la cabina. Esto requiere un peso de construcción adicional, que no es necesario aquí.

Este peso más bajo haría que el Flying-V fuera aproximadamente un 20% más eficiente en combustible que los aviones de tamaño similar si estuviera propulsado por combustible para aviones, según los desarrolladores, al mismo tiempo que brindaría a los pasajeros un viaje cómodo.

Sin embargo, el avión también podría funcionar con hidrógeno, en cuyo caso no produciría ninguna emisión de carbono. Sin embargo, el hidrógeno es menos eficiente y poderoso que el combustible para aviones, lo que reduciría el alcance del avión en aproximadamente un 35%, y los tanques necesarios para transportar el hidrógeno requerirían aproximadamente el 70% del volumen de carga.

Pero ese es el compromiso por el que tenemos que pasar para hacer una aviación neutral en carbono.

Mirando hacia el futuro

Los investigadores volaron una versión pequeña a escala de tres metros del Flying-V en el verano de 2020 y ahora están trabajando en una réplica a escala de 13 metros para probar en un túnel de viento, lo que les permitirá evaluar el manejo del diseño, ruido y más.

El profesor Roelof Vos señala que todavía queda mucho trabajo por hacer antes de que alguien pueda viajar en uno de los aviones, pero tiene la esperanza de que puedan tener un prototipo listo para 2041.

Es un proyecto muy inspirador; lo mejor es que hay mucho por descubrir. Hay tantas cosas en las que no habíamos pensado cuando comenzamos la investigación y eso la hace muy interesante para nosotros.

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