Si recientemente has visto o leído algo sobre DIGI, probablemente sea sobre sus ofertas, nuevas promociones o incluso su rivalidad con telecos como Movistar o Jazztel. Pero cada gran empresa tiene una mente maestra tras ella, y en el caso de DIGI, esa mente es un personaje bastante inusual.
Llamado Zoltán Teszári, este misterioso multimillonario húngaro-rumano es el arquitecto de DIGI. Nacido el 14 de septiembre de 1970 en Oradea, Rumanía, ha logrado crear un imperio valorado en cientos de millones de euros, y lo más sorprendente es que podrías pasar junto a él en la calle sin reconocerlo.
Conocido como el «hombre sin rostro» en los círculos empresariales, Teszári es tan celoso de su privacidad que casi no hay fotografías suyas públicas. Incluso se dice que vive apartado en un bosque, lejos del ajetreo urbano y de los medios.
No obstante, su historia merece ser estudiada. ¿Por qué? Porque es un visionario que identificó una oportunidad donde otros no veían nada. Tras la caída del comunismo en 1989, mientras muchos aún buscaban su camino, él se lanzó al sector de las telecomunicaciones. En 1992, con solo 22 años, fundó TVS Holding SRL, el precursor de lo que hoy conocemos como DIGI.
Zoltán Teszári: el «hombre sin rostro» que transformó a DIGI en un titán europeo
La gran jugada de Teszári fue darse cuenta del potencial del cable en Rumanía y, como mencionó en una de sus escasas declaraciones públicas: «Me di cuenta de que en la industria del cable había un enorme potencial para adquisiciones entre los pequeños actores que surgieron tras la revolución».
Sin duda, supo explotar esa oportunidad, y mientras gigantes como Orange y Vodafone luchaban por su cuota de mercado, Teszári absorbía pequeñas cadenas locales. Un movimiento que nadie anticipó.
En 1995, fundó RCS y comenzó su ascenso. Para 2002, con apenas 34 años, ya había acumulado un patrimonio personal que superaba el millón de euros. Hoy, según Forbes, su fortuna asciende a unos 800 millones de dólares, situándolo como la quinta persona más rica de Rumanía.
Por supuesto, su empresa ha cruzado las fronteras de Rumanía: Hungría, Eslovaquia, España, Italia, Portugal y Bélgica. En España, DIGI ha entrado con una estrategia de precios bajos que está desafiando a los operadores tradicionales. Con 7,5 millones de clientes y subiendo, la «teleco» rumana se ha convertido en una preocupación seria para sus competidores.
En cuanto a su anonimato, fuentes próximas a la empresa afirman que ni siquiera interactúa con los directivos de su propia compañía. Es el ejemplo perfecto de un estratega que maneja los hilos desde las sombras. Sin duda, hasta ahora, la estrategia de Zoltán Teszári ha dado frutos, logrando que DIGI brille con luz propia.