Hace poco, el 10 de agosto, Virgin Galactic transportó a su primer grupo de turistas a los confines del espacio. En realidad, esta es su segunda aventura comercial. Sin embargo, justamente hace unas semanas, el equipo de tripulantes estuvo compuesto por tres científicos y profesionales de Italia, que adquirieron su acceso para llevar a cabo distintos ensayos más allá de la estratósfera. En esta reciente odisea, tres aventureros abordaron la embarcación con la simple finalidad de sentir la ingravidez y observar nuestro planeta desde un punto exterior.
Keisha Schahaff y Anastatia Mayers, madre e hija, son originarias de Antigua y Barbuda, en el Caribe. Se hicieron con sus entradas en una competencia auspiciada por la aerolínea Virgin Atlantic. Keisha reservó un trayecto al Reino Unido para gestionar la visa de su hija, deseosa de formarse en una academia escocesa. Algún tiempo después, supieron que habían sido premiadas con un viaje estelar sin costo.
En este día, Keisha y Anastatia se erigen como la primera pareja madre-hija en explorar el cosmos. Con sus 18 primaveras, Anastatia se ha consagrado como la viajera más joven en alcanzar tal proeza.
El pasajero restante es Jon Goodwin, un deportista olímpico retirado de 80 años. Goodwin, con raíces británicas, ansiaba este periplo desde hace casi dos décadas. Virgin Galactic vio la luz en 2004 gracias al magnate Richard Branson. A partir de ese instante, aun sin certeza de cuándo o cómo sería, Branson inició la comercialización de tickets a aquellos que compartieran su perspectiva y dispusieran del capital.
Jon fue uno de esos pioneros. Sin duda, tuvo que invertir una suma considerable. El gentleman británico compartió que aseguró su plaza espacial en 2005 desembolsando $250.000 dólares. Sin embargo, hubo quienes pagaron más. Entre 2005 y 2014, Virgin Galactic colocó cerca de 600 tickets, oscilando entre $200.000 y $250.000 dólares. Y a partir de esa fecha, otros 200 entusiastas se enlistaron. ¿Su inversión? $450.000 dólares por cabeza.
Tres minutos estelares por un precio exorbitante
VMS Eve , la nave nodriza, se elevó desde Nuevo México, EE.UU., al amanecer. Al cabo de cincuenta minutos, una vez alcanzada la altitud requerida, el propulsor Unity se desprendió de Eve, según lo previsto, para el impulso final.
El trío de viajeros, respaldados por un mentor de la firma, pronto recibieron la indicación: era momento de soltar sus cinturones. En ese instante, se hallaban a aproximadamente 85 km del suelo. Virgin Galactic difundió un material donde se aprecia a Keisha, Anastatia y Jon, levitando gracias a la ingravidez.
Space hair! pic.twitter.com/I5eZnAmTl6
— Michael Sheetz (@thesheetztweetz) August 10, 2023
La embarcación ostenta numerosos ventanales, otorgándoles una panorámica espectacular de la curvatura terráquea. Disfrutaron de esta vista durante poco más de tres minutos antes de regresar a sus posiciones y encaminarse de vuelta al hogar.
Tres minutos en el vasto espacio a cambio de miles de dólares. ¿Mereció la pena?
Esto manifestó Jon tras el aterrizaje:
Ha superado mis fantasías más desbordantes. Lo que realmente me impactó fue contemplar nuestro planeta desde el cosmos; esa pureza luminosa fue sobrecogedora. Indudablemente, el episodio más emocionante de mi existencia.
Keisha, por su parte, dijo:
Siento que aún floto en el cosmos. Observar nuestro planeta ha sido el instante más asombroso del trayecto.
Comienza la odisea del viaje estelar
Han sido cerca de dos décadas de arduo esfuerzo de Virgin Galactic, con la mira puesta en el turismo estelar. Este par de incursiones comerciales surge dos años tras la epopeya en la que Branson, junto con otros integrantes de la entidad, protagonizó la primera travesía espacial experimental.
A lo largo de este camino, se han encontrado con obstáculos que postergaron sus ambiciones. Un claro ejemplo es cuando un precursor del avión-cohete de Virgin Galactic tuvo un desafortunado encuentro con el suelo en un ensayo en el desértico escenario de Mojave, California, en 2014. Tras este triste suceso, un piloto pereció y otro individuo sufrió lesiones graves.
Los valientes que deciden emprender esta travesía, deben estampar su firma en una exención de responsabilidades, siendo conscientes de los peligros inherentes y la ausencia de un marco regulador oficial en torno al turismo espacial.
Virgin Galactic es tan solo uno de los contendientes en este frenesí por el turismo intergaláctico. Blue Origin , la entidad aeroespacial, puso en el firmamento a cuatro almas a unos 100 km de nuestra Tierra en julio de 2021. Entre ellos, Jeff Bezos, arquitecto de la firma y de Amazon.
En esta contienda también entra en escena otro magnate de peculiar carácter: sí, hablamos de Elon Musk , comandante de Tesla, Twitter y SpaceX. En septiembre de 2021, la nave Falcon 9 hizo historia al trasladar exitosamente a cuatro civiles al confín del cosmos. Careciendo de un astronauta experimentado a bordo, marcó un hito al ser la primera expedición con una tripulación íntegramente civil de tal envergadura.
¿Quién supera el reto?
El desafío ya no radica en ser el pionero, sino en conquistar las alturas. Bezos, con varios periplos comerciales bajo su firma, ha mencionado que Virgin Galactic no cumple con las expectativas.
Virgin Galactic ha culminado sus dos aventuras estelares a una altura de entre 85 y 88 km. Bezos, en repetidas ocasiones, ha señalado con orgullo que su cohete suborbital, New Shepard , rebasa la barrera de los 100 km. Esta cifra coincide con la línea de Karman , estipulada por autoridades aeroespaciales que demarcan el confín entre nuestro ambiente y el vasto espacio. No obstante, entidades como la NASA y la Fuerza Aérea de EE.UU. consideran astronauta a aquellos que han ascendido más de 80 km.
En una hipotética rivalidad de altitudes, Musk se llevaría el trofeo. Su emblemática misión íntegramente civil se embarcó en una órbita cercana a nuestro planeta, en un viaje que abarcó tres días, alcanzando un pico de 540 km sobre nuestro suelo.
Desde 2018, SpaceX ha orquestado la primera odisea estelar que rodeará la Luna. El acaudalado nipón, Yusaku Maezawa , se adueñó de ocho entradas e invitó a una tripulación, cuanto menos, singular. Entre ellos, destacan el DJ Steve Aoki y el vocalista K-pop Choi Seung Hyun . Previsto para 2023, este viaje ha sufrido demoras debido a ensayos pendientes de la nave y sus propulsores.
Por su parte, Virgin Galactic tiene en mira ejecutar, como mínimo, un desplazamiento mensual al umbral cósmico, satisfaciendo a aquellos que ya han adquirido su boleto estelar. La firma aspira a poseer en un futuro no lejano una flota capaz de gestionar 400 travesías anuales.