Un vistazo al interior de 764, la red de pedofilia más despiadada del mundo

Hay rincones de Internet en los que es mejor no adentrarse jamás.

Cada vez es más común la opinión de que los niños no deberían tener acceso a redes sociales, o que su uso del Internet debiera ser restringido y supervisado. Los tiempos han cambiado. Los más jóvenes de la generación Z, quienes están conectados a la red las 24 horas del día, se encuentran frente a nuevos peligros, siendo el grupo 764 uno de los más riesgosos .





En el pasado, usar Internet era solo una actividad más entre otras. Las casas empezaron a contar con una habitación dedicada a la computadora de uso familiar, un dispositivo compartido por todos. Antes, si querías buscar algo en Google, varios pasos te separaban de tu respuesta: debías levantarte, comprobar si la computadora estaba disponible, encenderla —lo cual ya tomaba su tiempo— y finalmente conectarte. Un procedimiento tan complicado raramente suponía un riesgo serio para los niños.

Ciertamente, el cambio hacia una vida simultáneamente digital y real ha tenido sus ventajas, como la expansión del conocimiento y oportunidades de negocio. Sin embargo, este beneficio ha traído consigo costos sociales significativos. Organizaciones como el grupo 764 se enfocan en captar a menores de edad, construyendo primero una relación de confianza. Posteriormente, emplean métodos nefastos para corromperlos. Su estrategia principal es persuadir a los jóvenes para que se tomen fotos explícitas, las cuales luego utilizan para extorsionarlos, obligándolos a cometer una serie de acciones atroces.

Los sorprendentes inicios del grupo 764

Bradley Cadenhead es identificado como el líder y estratega detrás del grupo 764, una organización internacional formada por jóvenes delincuentes con tendencias sexuales depredadoras. Este grupo se dedica a torturar psicológicamente a menores por diversión. Las víctimas han sido coaccionadas para autolesionarse, marcando en sus cuerpos los nombres de usuario de sus agresores. Asimismo, se les ha forzado a perpetrar violencia contra sus familiares, asesinar a sus propias mascotas y, en los casos más extremos, a suicidarse. Increíblemente, Cadenhead tenía solo catorce años cuando creó el servidor original de Discord que dio origen a este grupo.

La historia de Bradley Cadenhead, el fundador del grupo 764, refleja el perfil perturbador de los integrantes de esta red. Cadenhead empezó a ver pornografía en línea a los ocho años y rápidamente desarrolló un interés por contenidos de tortura y violencia extrema, también conocidos como «gore». Este interés se intensificó mientras jugaba Minecraft, donde conoció a alguien que profundizó su fascinación por estos temas. A la edad de trece años, fue puesto en libertad condicional juvenil después de expresar deseos de realizar un tiroteo en su escuela. Tras aprender a extorsionar a niños en un servidor llamado CVLT, decidió instalar una versión propia, a la cual bautizó como 764.

Los miembros del grupo 764 elaboraron un manual para identificar a las víctimas, prefiriendo a adolescentes con trastornos mentales como la anorexia o la bipolaridad. Sorprendentemente, el material gore goza de popularidad entre los jóvenes, y es así como los integrantes de 764 atraían a sus víctimas. Publicaban los vídeos más extremos que encontraban en otros grupos de gore para incitar a nuevos usuarios a unirse a su servidor. El siguiente paso era desensibilizar a estas víctimas mediante la exposición continua a pornografía infantil, junto con vídeos y fotos gore. Utilizando la inseguridad de las niñas, establecían vínculos de dependencia emocional y las convencían para que enviaran fotos desnudas o que de alguna manera resultaran comprometedoras.

Los sorprendentes inicios del grupo 764
A este deplorable acto se le denomina «sextorsión» .

Una vez que obtenían las fotos, Cadenhead coaccionaba a la víctima para que se grabara cometiendo actos horrendos; si se resistía, amenazaba con divulgar las imágenes ampliamente. Eve, una de las afectadas por el grupo 764, se había unido al servidor siendo apenas una adolescente. Los miembros del grupo amenazaron con hacerle daño a su hermano menor. Le indicaban que, para protegerlo, debía suicidarse o grabar sus nombres con su piel con una navaja.

Finalmente, consiguieron convencerla para que estrangulara a su gato y después para que decapitara a su hámster de un mordisco. La joven llevó a cabo estas acciones en el armario de su habitación, transmitiéndolo en vivo para al menos una docena de miembros del grupo. Por organizar estos actos atroces, el fundador de 764 afirmaba que los otros miembros lo veneraban como a un líder de culto.

Un gran problema difícil de resolver

Los delitos de esta índole a menudo resultan extremadamente difíciles de prevenir a tiempo, debido a que la vergüenza puede llevar a la víctima a ocultar las pruebas, a veces incluso con más determinación que el propio agresor. La madre de Eve solo descubrió la situación cuando su hija estaba al borde del suicidio. Ahora, debe enfrentar traumas tan profundos que serían casi inimaginables para la mayoría de las personas.

La situación es similar con las plataformas donde ocurren estos crímenes, como Telegram o Discord, diseñadas originalmente para proteger la privacidad de los usuarios. Si bien esto ofrece muchos beneficios, también es conocido que personas con intenciones maliciosas explotan estas características. Por esta razón, a pesar de los esfuerzos de la policía y de los equipos de moderación de dichas aplicaciones, cada vez que un servidor como el de 764 o grupos similares es desactivado, otro surge casi de inmediato.

Finalmente, la policía logró localizar a Cadenhead después de que fuera expulsado 58 veces de Discord por compartir pornografía infantil. El contenido que difundía era tan horrendo que el capitán de la policía, Jeremy Lanier, afirmó que era lo más atroz que había visto en sus seis años en la división de CSAM (Child Sexual Abuse Material).

Bradley Cadenhead
Bradley Cadenhead fue detenido a la edad de 16 años.

En 2023, el joven se declaró culpable y recibió una condena de 80 años de prisión por nueve cargos de posesión y distribución de pornografía infantil. Es un detalle perturbador, pero crucialmente importante, que aún existen muchos individuos como él. Quizás sea imposible eliminar completamente este tipo de delincuencia de nuestra sociedad, pero es fundamental reconocer su existencia y entender cómo funciona.

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