Por cada neoyorquino que ama la Gran Manzana, hay otra persona que no puede soportar el lugar. Si fuera por ellos, preferirían vivir (y trabajar) en algún lugar del campo o cerca de la playa, en una casa que tenga un gran patio trasero con un amplio espacio para barbacoas o fiestas en el jardín, y donde se despierten con el sonido de los pájaros por la mañana en lugar de perforaciones de construcción atravesando el concreto.
Estas personas viven en la ciudad de Nueva York no porque quieran, sino porque firmaron un contrato de trabajo. Hacen presentaciones de Power Point para bancos de inversión, revisan solicitudes de estudiantes en universidades locales o trabajan para cualquiera de las miles de otras empresas, grandes y pequeñas, que se han establecido dentro de los límites de la ciudad y exigen que sus empleados hagan lo mismo. Es un dilema con el que muchos trabajadores de todo el mundo pueden identificarse, independientemente de dónde vivan.
Hasta hace poco, la realidad era que si querías trabajar en algún lugar, tenías que vivir a una distancia de conducción (o desplazamiento) de tu lugar de trabajo. Ahora, gracias en parte a la pandemia de COVID, cada vez más empleadores se han abierto a la idea del trabajo remoto. El trabajo remoto no solo permite a los empleados trabajar desde casa, sino desde cualquier parte del mundo. Esto significa que todos esos neoyorquinos infelices teóricamente podrían cambiar sus estrechos apartamentos en el centro de la ciudad por un espacioso condominio en el Caribe y aun así cumplir con su trabajo.
Visa de nómada digital, explicada
¿Suena atractivo? Todo lo que necesitas hacer es pedir permiso a tu empleador y completar una solicitud de visa nómada. Después de todo, trabajar en el extranjero es posible gracias a dos actores: los jefes y las oficinas de migración. Cuando comenzó la pandemia, muchas empresas querían que sus empleados volvieran a la oficina lo antes posible. Temían que, sin supervisión directa, la productividad se desplomara. Desde entonces, numerosos estudios han disipado ese temor, lo que llevó a las principales empresas como Twitter a permitir y fomentar el trabajo remoto incluso después de que se levantaron las restricciones de COVID.
Los gobiernos también están facilitando el trabajo en el extranjero a través de programas que a menudo se denominan «visas de nómada digital». Una visa de nómada digital es un documento de inmigración que permite al destinatario permanecer dentro de un determinado país durante un período prolongado de tiempo. El atractivo de las visas de nómada digital es obvio: los empleados pueden presentar una solicitud si desean un cambio de ritmo y escenario. Las visas para nómadas digitales también ofrecen una experiencia culturalmente más enriquecedora que las típicas vacaciones, lo que brinda a los empleados tiempo para sumergirse por completo en su nuevo entorno sin tener que suspender sus carreras.
Por supuesto, cada país tiene sus propios requisitos de entrada únicos. En general, las solicitudes de visa de nómada digital requieren prueba de ingresos y empleo remoto. Estas medidas ayudan a garantizar que los empleados, también llamados «nómadas digitales» una vez que finalmente se aventuran en el extranjero, puedan mantenerse durante su estadía sin tener que competir por trabajos locales.
Por razones obvias, los nómadas digitales también están obligados a obtener un seguro de viaje. La mayoría de las solicitudes cuestan alrededor de mil dólares y permiten estadías entre 6 meses y 2 años con la posibilidad de extender la visa una vez que se agote el tiempo.
Los beneficios inesperados de las visas nómadas
Los nómadas digitales no son las únicas personas que dan la bienvenida a la idea de las visas para nómadas. Periodistas, psicólogos y economistas han identificado formas en que estos programas de inmigración benefician a la economía global. En primer lugar, las visas nómadas facilitan más que nunca que los trabajadores se desplacen entre diferentes partes del mundo. Esto es especialmente importante en lugares con políticas de inmigración estrictas, como Japón, donde los empleados y sus familiares a menudo tienen que esperar años antes de recibir permisos de trabajo o residencia.
Los críticos de los programas de visas para nómadas temen que los trabajadores extranjeros puedan apoderarse de los empleos locales, pero un artículo publicado en Harvard Business Review cuestiona esta afirmación por múltiples motivos:
Los nómadas digitales invierten su tiempo y dinero en la economía local. Sin aceptar trabajos locales y sin tender puentes con el conocimiento de los trabajadores locales, generan una situación en la que todos ganan, tanto los trabajadores remotos como las comunidades locales.
El autor del artículo, un profesor de la Escuela de Negocios de Harvard llamado Raj Choudhury, pasó años estudiando el potencial sin explotar de los programas de visas para nómadas digitales, que él cree que podrían actuar como catalizadores para los flujos de conocimiento y recursos entre diferentes regiones del mundo:
Mi investigación de larga data sobre movilidad geográfica e innovación ha demostrado que los viajes a corto plazo e incluso los períodos cortos de ubicación conjunta con colegas geográficamente distantes pueden ayudar a los trabajadores a acceder a información y recursos que pueden ayudar a desarrollar nuevas ideas y proyectos, que beneficia tanto al trabajador móvil como a sus organizaciones.
Cómo afecta tu salud mental trabajar en el extranjero
El único inconveniente notable de los programas de visas para nómadas digitales es el impacto que podría tener en tu salud mental trabajar en un país extranjero. Un estudio de 2018 de la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia encontró que los empleados que viajan dos semanas o más al mes por su trabajo tienen más probabilidades de sufrir ansiedad y depresión que los empleados que permanecen en casa o en la oficina. Estas condiciones se ven agravadas por otros problemas que encontramos sobre la marcha, como la alimentación poco saludable, falta de ejercicio y falta de sueño.
No está claro si estas condiciones también se aplican a los nómadas digitales. La evidencia anecdótica, sin embargo, pinta un cuadro un tanto alarmante. Escribiendo para Insider, la psicóloga y nómada digital Carolin Müller confiesa que la experiencia de trabajar en el extranjero no siempre es positiva. Fuera de tu zona de confort y rodeado de nuevos estímulos, puede ser difícil mantenerte al día con el trabajo y obtener el descanso que necesitas.
Además de esto, la línea que separa la libertad de la soledad a veces puede ser muy delgada, y los empleados que buscan la primera a veces terminan con la segunda.
Entonces, existe un riesgo, pero el riesgo podría merecer la pena. Como dijo una vez el difunto chef, presentador de televisión y nómada digital original Anthony Bourdain:
Viajar no siempre es bonito. No siempre es cómodo. A veces duele, incluso te rompe el corazón. Pero eso está bien. El viaje te cambia; debería cambiarte. Deja marcas en tu memoria, en tu conciencia, en tu corazón y en tu cuerpo. Te llevas algo contigo. Con suerte, dejas algo bueno atrás.