La World Wide Web definitivamente es un lugar asombroso, pero ¿sabes quién inventó Internet? No es una pregunta fácil de responder dado que no hay una sola persona a la que se le pueda atribuir todo el crédito.
La creación de Internet
Si bien a muchos nos parece que Internet se inventó hace poco, el concepto realmente lleva más de un siglo circulando y ha involucrado a personas y organizaciones de todas partes del mundo que han contribuido a su desarrollo. Pero la extensa historia de sus orígenes se distribuye básicamente en dos etapas: la primera, el concepto teórico de Internet y, la segunda, la puesta en marcha de Internet como tal.
Internet dio sus primeros indicios desde la década de 1900, cuando el serbio Nikola Tesla especuló sobre la creación de un «sistema inalámbrico mundial». Tesla idealizaba la existencia de un poderoso sistema con el cual se podría transmitir mensajes por todo el planeta sin necesidad de usar cables.
A comienzos de la década de 1900, el inventor estaba empeñado en hallar una forma de aprovechar la energía suficiente que permitiera la transmisión de mensajes a través de largas distancias. Entonces apareció el italiano Guglielmo Marconi, quien superó a Tesla al efectuar en 1901 la primera radiotransmisión transatlántica, enviando una señal en código morse para la letra «S» desde Inglaterra hasta Canadá.
Tesla se sintió relegado ante el extraordinario avance de Marconi, entonces se propuso conseguir algo aún más grande. Intentó persuadir al inversionista JP Morgan, quien en ese momento era el hombre con más poder económico en Wall Street, para que costeara su investigación sobre una idea que denominó «sistema mundial de telegrafía».
El proyecto era básicamente establecer un centro con la capacidad de transmitir mensajes a todo el mundo a la velocidad de la luz. Pero la idea parecía totalmente disparatada y Morgan al final no quiso financiar más los experimentos de Tesla.
La intensa lucha de Tesla para materializar su proyecto lo llevó a sufrir una crisis nerviosa en 1905. Si bien insistió en su idea de crear un sistema mundial durante el resto de sus días, la muerte lo detuvo en 1943.
Sin embargo, es considerado como el primero en imaginar una manera tan contundente de comunicación. Como señaló su colega inventor John Stone:
Tesla soñó y sus sueños se hicieron realidad, tuvo visiones, pero eran de un futuro real, no imaginario.
Los inicios de la web
El filósofo canadiense Herbert Marshall McLuhan publicó en 1962 un libro titulado La galaxia Gutenberg. En su obra, mencionó que la historia humana estaba conformada por 4 eras: la era acústica, la era literaria, la era de la imprenta y la era electrónica. Para ese momento, la era electrónica apenas estaba en sus albores, pero McLuhan pudo ver fácilmente las posibilidades que esto traería.
La era electrónica fue descrita por McLuhan como el hogar de algo a lo que llamó «aldea global», un espacio donde la información estaría al alcance de todos a través de la tecnología. Las computadoras podrían utilizarse como una herramienta para apoyar la aldea global y mejorar la consulta, organización bibliotecaria masiva obsoleta
McLuhan describió la era electrónica como el hogar de algo llamado «aldea global», un lugar donde la información sería accesible para todos a través de la tecnología:
Una computadora como instrumento de investigación y comunicación será capaz de aumentar la recuperación de información, hacer obsoleta la organización masiva de las bibliotecas, recuperar la función enciclopédica del individuo y transformarla en una línea privada de comercializables rápidamente personalizados.
Diecisiete años antes, el ingeniero y científico estadounidense Vannevar Bush había descrito algo similar a través de un ensayo publicado en The Atlantic en 1945. Bush planteó una hipótesis del sistema web en un imaginado dispositivo que llamó «Memex«, el cual permitiría a los usuarios organizar extensos conjuntos de documentos interconectados a través de una red de enlaces.
Aunque Bush no planteó la posibilidad de una red global cuando expuso su idea, los historiadores suelen citar su ensayo como el preludio de lo que más tarde llevó a la conceptualización de la World World Wide Web.
Otras ideas similares fueron expuestas por más inventores, como los belgas Paul Otlet y Henri La Fontaine, quienes en 1905 crearon la Clasificación Decimal Universal (CDU), o el ruso Emanuel Goldberg, quien en 1931 patentó su «Máquina estadística», un motor de búsqueda de documentos que usaba células fotoeléctricas y reconocimiento de patrones para buscar metadatos en rollos de documentos microfilmados.
Años después, a finales de la década de 1960, las ideas teorizadas previamente se fusionaron cuando se creó ARPANET (las siglas en inglés de Advanced Research Projects Agency Network), es decir, la Red de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada, entidad que ahora se conoce como DARPA, o Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa.
Así entonces, uno de los primeros usos de Internet tuvo fines militares ya que ARPANET fue creada por encargo del Departamento de Defensa de los Estados Unidos.
De la creación de ARPANET se ocupó el científico informático estadounidense Joseph Carl Robnett Licklider, quien utilizó un sistema de transmisión de datos denominado «conmutación de paquetes» que permitía colocar las computadoras (recién diseñadas) en una sola red.
El primer mensaje transmitido a través de ARPANET se dio en 1969, en un intento de establecer un enlace entre la Universidad de California, los Ángeles y el Instituto de Investigaciones de Stanford. Sin embargo, la comunicación no fue del todo exitosa, pues se suponía que el mensaje decía «iniciar sesión» y solo lograron pasar las dos primeras letras.
Aún así, con esto nació el primer prototipo viable del Internet que hoy conocemos.
Poco después, los científicos estadounidenses Vinton Cerf y Robert E. Kahn contribuyeron exitosamente a la expansión de Internet con sus propias ideas.
Internet hoy
Si bien los militares de Estados Unidos habían estado utilizando ARPANET en parte de sus operaciones durante la década de 1960, la población en general todavía no contaba con un acceso a una red semejante. A medida que surgían avances tecnológicos, los científicos comenzaron a considerar en serio la forma de desarrollar una red que fuera accesible para todo el público.
Fue así como Cerf y Kahn contribuyeron con lo que tal vez sean los elementos más importantes de Internet que utilizamos en la actualidad: el Protocolo de control de transmisión (TCP) y el Protocolo de Internet (IP) que conforman el modelo TCP/IP, usado para comunicaciones en redes y, como tal, describe un conjunto de guías generales de operación para permitir que un equipo pueda comunicarse en una red.
La contribución de estos dos científicos a la construcción de Internet los llevó a ganar el Premio Turing en 2004. Han recibido desde entonces muchos otros honores por su trabajo.
El modelo TCP/IP estaba listo para usar desde 1983. Fue entonces cuando ARPANET adoptó los protocolos y comenzó a estructurar una «red de redes», que funcionó como la espina dorsal de la Internet actual. A partir de esto, esa red permitiría la creación en 1989 de la “World Wide Web”, un desarrollo atribuido al informático inglés Tim Berners-Lee.
Si bien los términos suelen confundirse, la World Wide Web (La Web) o red informática mundial y la propia Internet difieren un poco. La Web es solo eso: una red donde la gente puede acceder a datos en forma de sitios web e hipervínculos. Por otro lado, Internet, conforma lo que podría llamarse «el paquete completo».
Hoy, tras décadas de avances, la invención de Tim Berners-Lee de la red informática mundial es utilizada ampliamente por millones de personas en todo el mundo, un resultado que solo se le puede atribuir a los ideales de accesibilidad pública propios del ingeniero. El acceso global a Internet ha llevado a que la sociedad cambie radicalmente la forma de usar y compartir la información, un hecho que puede ser tan positivo como negativo.
Desde que comenzó a fraguar su proyecto, Tim Berners-Lee vio la necesidad de hacer pública una herramienta como la World Wide Web, entendiendo que esta necesitaba estar libre de patentes, tarifas, regalías o cualquier otro control para prosperar. Entonces decidió dejar acceso libre al código fuente de su desarrollo.
Sin embargo, aunque Berners-Lee ha recibido numerosos reconocimientos por su invento, nunca se ha beneficiado directamente de él. Aún así, sigue firme en su compromiso de salvaguardar Internet para que no sea controlado por completo por organismos e intereses gubernamentales. Además mantiene una batalla para mantener lejos de la Web el discurso de odio y las noticias falsas.
No obstante, sus esfuerzos pueden resultar infructuosos. La difusión de información errada, engañosa y peligrosa, junto con la manipulación de datos que llevan a cabo gigantes tecnológicos como Google y Facebook, son apenas algunos de los problemas que han aparecido desde que Tim Berners-Lee le otorgó acceso libre a su invento.
Como lo manifestó el propio científico en una entrevista de 2018:
Demostramos que la Web había fallado en lugar de servir a la humanidad, como se suponía que debía haber ocurrido, y falló en muchos lugares. La creciente centralización de la Web ha terminado produciendo, sin una acción deliberada de las personas que diseñaron la plataforma, un fenómeno emergente a gran escala, que es antihumano.
Desde entonces, Berners-Lee lanzó un plan sin ánimo de lucro para «arreglar» Internet. Bajo el respaldo y la protección de Google y Facebook, esta campaña tiene como propósito hacer un llamado a las organizaciones para que respeten la privacidad de los datos de los usuarios, a la vez que busca instar a los gobiernos a ofrecer garantías para que todas las personas tengan acceso a Internet.
Atreverse a soñar con una red global como Internet quizás fue lo que finalmente terminó enloqueciendo a un superdotado como Nikola Tesla. Pero gracias al ingenio y la perseverancia de todos esos hombres que contribuyeron en la invención de Internet, la Web hoy es una realidad, para bien o para mal.