El auge de conseguir compañía a través de la red

Internet y las redes sociales entraron hasta en lo más profundo de la vida de los seres humanos, interviniendo incluso en las relaciones sentimentales. Recientemente, adquirir compañía íntima y amorosa a través de las diferentes herramientas digitales se vuelve una modalidad sumamente popular dentro de la sociedad.





La digitalización favoreció la aparición, crecimiento y perfeccionamiento de todo tipo de negocios online como los de webcams y escorts. Facilitando de este modo el encuentro de acompañantes para citas, o personas que simplemente llenen un espacio no cubierto en la realidad o satisfagan algún deseo no cumplido con un solo clic.

Un negocio globalizado

A diario, millones de internautas en el mundo buscan por internet ‘ webcam sexo ‘ para acceder a sitios de chat en vivo gratuitos o pagos donde. Los números prueban que la demanda de estos servicios se propaga diariamente: el estudio de mercado de SkyPrivate —plataforma encargada de enlazar estudios de webcam con clientes—, indició que en Rumanía existen entre 100.000 y 300.000 modelos de webcam.

En este mismo orden de ideas, con solo un dispositivo electrónico se pueden contratar servicios de escorts (acompañantes remunerados) acordes a lo que quiere el usuario para disfrutar de un rato placentero o de una conversación interesante. No necesariamente de forma personal, ya que la comunicación puede establecerse con individuos de cualquier parte del mundo.

Uno de los aspectos por los cuales estas páginas y apps han logrado calar en el público es por lo cómodas, discretas, privadas y seguras que son. Hay mucho que hablar sobre estas agencias que proliferan aceleradamente en España y muchos otros países, pero eso es un tema cuyas dudas pueden ser despejadas al escribir en el buscador: ‘ agencia escorts Barcelona ‘.

¿Cómo comenzó esta tendencia?

Este modelo de negocios y particular forma de entablar vínculos afectivos con otros comenzó a popularizarse en oriente, específicamente en Japón, donde desde hace mucho tiempo se podía alquilar en línea una pareja, un familiar, un amigo y hasta alguien que llore en el velorio de un fallecido.

Yuichi Ishii, el fundador de la empresa Family Romance, es uno de los pioneros en el lucro del arriendo web de familiares y amigos. Registra una base de 2.200 trabajadores entrenados para actuar como madres, padres, abuelos, primos o amantes.

La idea nació un día que el creador de la compañía se hizo pasar por el esposo de una amiga soltera en la entrevista de un jardín de infantes, debido a que en esta no aceptaban a niños de familias monoparentales, por lo que tuvo que fingir para que aceptaran pudieran admitir al menor.

Hasta que más adelante, comenzó a reunir a sujetos que simulaban ser invitados en bodas o cumpleaños, promocionándose en las redes sociales para ganar clientela, actores y construir en lo que es hoy Family Romance.

A partir de este concepto, otros emprendedores comenzaron a copiarlo para comprobar si sería tan efectivo como lo fue en Asia y por ello hoy se aprecian infinidades de opciones que permiten sentirse acompañado.

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