España cuenta con cerca de 2,93 millones de pymes, que suponen más del 99 % del tejido empresarial y concentran alrededor del 62 % del empleo, según datos del Ministerio de Industria.
Sin embargo, solo el 27 % de estas empresas realiza ventas online, a pesar de que muchas ya disponen de página web o redes sociales activas, según Eurostat.
Por otro lado, casi un tercio de las pymes europeas no utiliza tecnologías digitales avanzadas, y en España el déficit de adopción sigue siendo notable, lo que mantiene a muchas fuera de los beneficios de una digitalización real, según el Banco Europeo de Inversiones.
Ese atasco tecnológico las deja mirando hacia atrás, voleando “likes” en redes, pero con procesos manuales que devoran tiempo y margen.
Algunas empresas –como cegid Ekon– ya ofrecen soluciones de gestión integradas, a la espera de que quien las busque reconozca el valor, no solo las luces del escaparate.
El caos en las oficinas: Papeleo, errores y urgencias constantes
Las pymes padecen a diario el drama del papeleo. Facturas en Excel, pedidos a mano, traspasos contables a palos.
Eso agota personal, frena crecimiento y propicia fallos humanos. El software ERP permite centralizar finanzas, compras o stock, limpio, con trazabilidad.
No se trata de maquillar procesos, sino de ordenar todos los frentes para que el caos deje de apretar.
Inversión digital: ¿Gasto o palanca de futuro?
Muchas pymes lo perciben como un gasto necesario, pero no siempre tienen claro el retorno real de la inversión digital.
El Plan de Digitalización de Pymes 2021–2025 incluye el programa Kit Digital, dotado con 3 067 millones de euros procedentes de fondos europeos.
A pesar del impulso institucional, una parte relevante del tejido empresarial sigue sin adoptar tecnologías digitales avanzadas, según el Banco Europeo de Inversiones y la OCDE.
Ese miedo impide reconvertir costes en palancas… como un módulo de software de recursos humanos que ahorre horas en nóminas, vacaciones y formación.
Porque montar un ERP solo tiene sentido si resuelve problemas concretos: la motivación interna, no se cuida ella sola.
El déficit formativo: La herramienta no basta si no hay piloto
Solo un 19 % de las pymes ofrece formación en TIC, lo que supone un 71 % menos en comparación con los países europeos más digitalizados, según datos del Banco Europeo de Inversiones.
Ni el ERP más potente servirá de nada sin personal que sepa manejarlo. Además, la falta de talento especializado es real: en 2020, solo el 3,8 % del empleo en España correspondía a profesionales TIC, una cifra que en 2024 ronda el 4,4 %, aún por debajo de la media de la UE.
Formar a alguien para que entienda el flujo de un erp para hospitales (un caso de uso similar en gestión clínica) sirve de ejemplo: se lleva tiempo, pero es clave para que la herramienta deje de ser un obstáculo.
¿Qué pasa si el ERP no encaja con la pyme?
Hay mucho ERP “genérico” que no atiende el pulso real de cada negocio. Si se impone “por imposición” sin adaptar procesos, puede provocar más resistencia que entusiasmo.
La clave pasa por escoger software ERP escalable, modular y con un acompañamiento que entienda las ferias, líneas de producción o el sector específico. Eso convierte un ERP en una palanca de control, no en un nuevo freno que genera rechazo.
Finalmente, este atasco digital no es cuestión de tecnología únicamente. Es una cuestión cultural, de leer más allá del “lo tengo todo en nube” y de atreverse a meter músculo real en la gestión.
Cuando una pyme invierte tiempo en entender su operativa, forma a su gente y elige un ERP que encaje con su día a día, se pone en movimiento. Y entonces deja de atascarse.
Ese es el salto: Pasar de creer que digitalizar es un botón mágico para sentir la transformación en cada proceso. Eso sí: solo funciona si se aborda con cabeza (y sin venirse arriba con promesas vacías).