La manera en que las personas ven la televisión ha ido evolucionando drásticamente desde que el medio apareció por primera vez en las décadas de 1940 y 1950.
Desde entonces, la tecnología de la televisión ha avanzado década tras década sin parar: el color llegó en la década de 1960, seguido por el cable en la década de 1970, las videograbadoras en la década de 1980 y la alta definición a finales de la década de 1990.
Pero en pleno siglo XXI, es más probable que los espectadores vean programas en teléfonos celulares, computadoras portátiles y tabletas que en un televisor.
No obstante, asombrosamente, todos estos cambios tecnológicos fueron esencialmente solo mejoras en un sistema básico que ha funcionado desde finales de la década de 1930, con raíces que se remontan incluso más atrás que eso.
Tecnología primitiva de la TV: discos giratorios mecánicos
No hay un inventor en concreto que merezca el crédito exclusivo por la invención de la televisión. La idea flotaba desde mucho tiempo antes de que surgiera la tecnología para su creación, y muchos científicos e ingenieros contribuyeron con distintas ideas que se basaron entre sí para producir finalmente la televisión tal y como hoy la conocemos.
El origen de la televisión se remonta a las décadas de 1830 y 40, cuando Samuel Morse desarrolló el telégrafo, un mecanismo de envío de mensajes (traducidos en pitidos) a través de cables. Otro significativo avance se produjo en 1876 con la invención del teléfono de Alexander Graham Bell, científico que hizo que la voz humana viajara a través de cables a largas distancias.
Tanto Bell como Thomas Edison especularon sobre la posibilidad de crear dispositivos similares a los teléfonos que pudieran transmitir imágenes y sonidos simultáneamente.
Pero sería un investigador alemán quien daría el siguiente paso importante hacia el desarrollo de la tecnología que haría posible la televisión.
En 1884, Paul Nipkow ideó un sistema para enviar imágenes a través de cables mediante discos giratorios. Lo llamó telescopio eléctrico, pero fue esencialmente una forma primitiva de televisión mecánica.
Los tubos de rayos catódicos hacen que la televisión sea electrónica
A comienzos de la década de 1900, tanto el físico ruso Boris Rosing como el ingeniero escocés Alan Archibald Campbell-Swinton trabajaron de forma independiente para mejorar el sistema de Nipkow reemplazando los discos giratorios con tubos de rayos catódicos, una tecnología desarrollada anteriormente por el físico alemán Karl Ferdinand Braun. El sistema de Campbell-Swinton, que ubicaba tubos de rayos catódicos dentro de la cámara que enviaba una imagen, así como dentro del receptor, fue básicamente el primer sistema de televisión completamente electrónico.
El ingeniero e inventor ruso Vladimir Zworykin había trabajado como asistente de Rosing antes de que ambos emigraran tras la Revolución Rusa.
Para 1923, estando Zworykin trabajando en Pittsburgh para empresa de fabricación Westinghouse, solicitó su primera patente de televisión: el «Iconoscopio», un sistema de transmisión y recepción de televisión que empleaba tubos de rayos catódicos.
Seis años más tarde, Zworykin hizo una demostración de su sistema de televisión totalmente electrónico en una convención de ingenieros de radio. Entre los asistentes estaba David Sarnoff, ejecutivo de Radio Corporation of America (RCA), la empresa de comunicaciones más grande de Estados Unidos en ese momento.
Proveniente de una humilde familia judía de Minsk, Rusia, Sarnoff llegó a la ciudad de Nueva York desde niño y años después comenzó su carrera como operador de telégrafo.
Sarnoff fue uno de los primeros en percatarse de que la televisión, como la radio, tenía un potencial gigantesco como medio de entretenimiento y comunicación. Nombrado presidente de RCA en 1930, contrató a Zworykin para desarrollar y mejorar la tecnología de televisión de la empresa.
Entretanto, otro inventor llamado Philo Farnsworth había estado trabajando en su propio sistema de televisión. Farnsworth, quien creció en una granja en Utah, supuestamente se le ocurrió una gran idea: un tubo de vacío que pudiera diseccionar imágenes en líneas, transmitir esas líneas y convertirlas de nuevo en imágenes.
En 1927, a la edad de 21 años, Farnsworth completó el prototipo funcional del primer sistema de televisión completamente electrónico, basado en ese «disector de imágenes».
Pero poco después desató una larga batalla legal con RCA, que aseguraba que la patente de Zworykin de 1923 tenía prioridad sobre los inventos de Farnsworth.
La Oficina de Patentes de Estados Unidos Falló a favor de Farnsworth en 1934 (apoyada en parte por un antiguo profesor de secundaria, que había conservado un dibujo clave del joven inventor), y Sarnoff finalmente fue obligado a pagar a Farnsworth un millón de dólares en derechos de licencia.
Si bien muchos historiadores lo consideraron el verdadero padre de la televisión, Farnsworth nunca trascendió con su invento y fue perseguido por demandas de apelación de patentes de RCA. Años después se dedicó a explorar otros campos de investigación, incluida la fisión nuclear. Al final de su vida era un perfecto desconocido. Desilusionado e inmerso en la depresión y alcoholismo, murió endeudado en 1971.
Sarnoff, con el poder de marketing de su empresa, presentó al público la televisión a lo grande en la Feria Mundial de la ciudad de Nueva York en 1939. Bajo el paraguas de la división de radiodifusión de RCA, la National Broadcasting Company (NBC), Sarnoff transmitió las ceremonias de apertura de la feria.
Nace un nuevo medio
A comienzos de la década de 1940, apenas había unos pocos cientos de televisores en uso en los Estados Unidos. Con la radio aún dominando las ondas de radio (más del 80 % de los hogares estadounidenses poseían una en ese momento), el uso de la televisión creció lentamente a lo largo de la década y, a mediados de la década de 1940, Estados Unidos ya tenía 23 estaciones de televisión. En 1949, un año después del debut del exitoso programa de variedades Texaco Star Theatre, presentado por el comediante Milton Berle, la nación contaba con 1 millón de televisores en uso .
Para la década de 1950, la televisión realmente había entrado en la corriente principal, con más de la mitad de todos los hogares estadounidenses poseyendo televisores en 1955.
A medida que se expandió el número de consumidores, se crearon nuevas estaciones y se transmitieron más programas, y para fines de esa década, la televisión había reemplazado a la radio como la principal fuente de entretenimiento en el hogar en los Estados Unidos.
Durante las elecciones presidenciales de 1960, el joven y apuesto John F. Kennedy tenía una ventaja notable sobre su oponente menos telegénico, Richard M. Nixon, en los debates televisados, y su victoria de ese otoño traería a casa para muchos estadounidenses el impacto transformador del medio.