¿Qué traerán al mundo los nacidos en 2025? Conoce a la generación ‘beta’

Representa la segunda generación completamente inmersa en la era digital, lo que implica que, entre otras cosas, tecnologías como la inteligencia artificial estarán plenamente integradas en su día a día.

Al navegar por Internet, es común encontrarse con contenido que, de forma más o menos satírica, resalta las diferencias entre los boomers, la generación X, los millennials y los zetas (o centennials). Estos cuatro grupos, que comparten el mismo espacio en la actualidad, se desenvuelven en él de manera muy distinta: en el entorno digital, por ejemplo, una respuesta en WhatsApp o el diseño de una historia de Instagram bastará para identificar a qué generación pertenece alguien.





A esta clasificación, que no goza de un consenso amplio entre los investigadores y demógrafos y que comenzó a definirse en los años 20 del siglo pasado, se le sumará un nuevo grupo en 2025: los nacidos a partir de este año ya no serán alfa —nombre asignado a los nacidos entre 2009 y 2024—, sino beta.

Aunque el concepto de generación como determinante de la identidad colectiva es bastante relativo —ya que dependerá en gran medida del contexto socioeconómico en el que se desarrollen las personas, más que de su edad—, la perspectiva occidental ha definido qué experiencias sociales comparten quienes han nacido y crecido en un periodo similar, generalmente de 15 años.

Así, y como mencionábamos antes, mientras los boomers se caracterizan por su apego a los valores familiares y su estabilidad financiera, según la plataforma de análisis demográfico fundada por el investigador social Mark McCrindle, la generación Z prioriza el aprendizaje constante sobre las ganancias económicas, y los alfa se han forjado en una era completamente tecnológica. ¿Qué particularidades traerán consigo los beta?

Beta, la segunda generación digital (y lo que esto implica)

Si repasamos la lista de nombres generacionales desde que se inició esta clasificación, observaremos que el cambio de siglo marca un antes y un después en la terminología: las dos generaciones que comenzaron en el siglo XXI (alfa y ahora beta) son las únicas que emplean el alfabeto griego, indicando así que ambas pertenecen e interactúan en un mundo muy diferente al de sus predecesores.

Aunque la identidad de cada generación estaría definida por «los eventos, las tecnologías y los cambios culturales de su tiempo», señalan los expertos, y aún desconocemos qué sucederá en los próximos 15 años, las tendencias indican que estos recién nacidos crecerán en un entorno donde la Inteligencia Artificial y la automatización estarán totalmente integradas en su día a día: en la escuela, en la atención sanitaria, en las compras e incluso en sus futuros trabajos, manejarán las herramientas digitales con destreza, sin necesitar un periodo de adaptación.

Por otro lado, los beta serán educados por padres millennials o zetas mayores, lo que implica que, gracias al conocimiento ya consolidado de estas dos cohortes demográficas, probablemente recibirán una formación digital más responsable y consciente: aprenderán a navegar con límites en este entorno a veces peligroso y, de esta forma, representarán «el equilibrio entre la hiperconectividad y la expresión personal», destacan los analistas.

Los retos del futuro: ¿serán los beta un motor de cambio social?

La generación Z, cuyos miembros tendrán entre 30 y 16 años en 2025, también se crió en un mundo en transformación, lo que los ha llevado a liderar causas sociales significativas: de entre ellos han surgido figuras como Greta Thunberg, clave en la concienciación pública sobre el cambio climático, o Malala Yousafzai, Premio Nobel de la Paz en 2014 (con solo 17 años) por su defensa de la educación de mujeres y niñas en Pakistán.

Este impacto en el activismo lleva a plantearse si las generaciones futuras —alfa, beta y las que les sigan— serán también motores de cambio social. Los analistas son optimistas y subrayan que los padres de esta nueva cohorte priorizarán «la adaptabilidad, la igualdad y la conciencia ecológica» en la educación de los beta.

En otras palabras, como reza el dicho popular: de tal palo, tal astilla. Se espera que los beta crezcan con una mentalidad más global, sean más comunitarios y valoren la colaboración como ninguna generación anterior. Estos tres elementos, según los expertos, serán su herramienta y defensa frente a los desafíos del futuro. Un futuro que comienza en 2025.

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