Uno de los escenarios más comunes de nuestros tiempos es el de observar a tu alrededor y encontrar personas embelesadas con sus ojos puestos en las pantallas que sostienen en sus manos. Los ‘smartphones’ llegaron hace años para quedarse y han trasformado nuestra cotidianidad al punto de alterar la vida social que cada día se desarrolla en nuestras comunidades. Esta tecnología nos ha permitido establecer mayores interacciones en tiempo real con otras personas, así como disponer de un verdadero mundo de información a tan solo un clic.
Aunque no todo son ventajas. Los móviles también nos han traído problemas. Uno de los más generalizados es la falta de concentración. Permanecer conectados todo el tiempo impide que centremos nuestra atención en actividades específicas de nuestra vida cotidiana. Y unos de los efectos colaterales de ese uso desmedido de los teléfonos tiene que ver con la vía pública.
Se trata de la distracción que genera el uso del móvil en estos espacios, tanto de peatones como de conductores, lo cual se ha convertido en una de las causas más frecuentes de accidentes de tráfico en todo el mundo.
Sin embargo, en Yamato, un poblado japonés a 30 kilómetros de Tokio, las autoridades decidieron actuar al respecto prohibiendo a sus habitantes que usen el teléfono móvil mientras se estén desplazando por la vía pública.
En uno de los países pioneros de la tecnología, no es extraño que sus ciudadanos miren el ‘smartphone’ con mucha frecuencia, pero ¿tanto así como para prohibirlo?
Aruki-sumaho
El entorno urbano en Japón está colmado de lo que allí denominan ‘aruki-sumaho’, un término referido a los peatones que apenas empujan sus pies sin fijarse hacia dónde van o qué les rodea, con sus ojos puestos en las pantallas de sus móviles. De acuerdo con un artículo de la BBC, se origina de la combinación de la palabra ‘aruki’ que significa caminar, y ´’sumātofon’ que significa ‘smarphone’.
A comienzos de 2020, en Yamato hicieron un estudio revelador: el 12% de los 6.000 peatones que diariamente recorren las calles de esta ciudad usaban sus teléfonos al tiempo que caminaban. “Simplemente es peligroso”, dijo su alcalde, Satoru Ohki, quien lanzó inicialmente la propuesta a los legisladores locales para elevar luego un referéndum a sus ciudadanos, cuyo resultado concluyó en que el 80% respaldaba la idea. Así entonces, desde junio de este año comenzó a regir esta prohibición por medio de un decreto municipal.
Pero, ¿cómo hacer para que una ciudad entera obedezca una norma tan arraigada al estilo de vida moderno? ¿cómo lograr que cada uno de los habitantes se contengan ante la tentación de tener sus ‘smartphones’ en las manos mientras se desplazan por las aceras? Según el medio británico, al comienzo de la medida el ayuntamiento contrató a varios trabajadores con chalecos de alta visibilidad para colocar carteles frente a la estación de Yamato mientras se reproducía por megáfonos un mensaje grabado que explicaba la nueva ordenanza.
No es la primera vez que un país toma medidas de este tipo. Ilsan, una ciudad de Corea del Sur, instaló luces parpadeantes y rayos láser en los cruces de carreteras para alertar a los peatones que se desplazaban con sus teléfonos, mientras que las autoridades de la ciudad china de Chongqing abrieron un “carril de telefonía móvil” de 30 metros en las vías para los peatones ocupados con sus móviles. Y los países de Occidente también están tomando medidas; en Honolulu, Hawaii, una “Ley de Caminata Distraída” podría imponerte una multa por enviar mensajes de texto mientras caminas en un cruce de peatones.
Pero en Yamato no hay penalizaciones por infringir las reglas; en cambio, las autoridades esperan un cambio más orgánico en el comportamiento.
El bien común
Japón se describe a menudo como una cultura colectivista en la que el concepto de wa (armonía) en un grupo se considera más importante que la expresión de opiniones individuales. Es por eso que, durante la pandemia global, nadie sería visto afuera sin una mascarilla a pesar de que no es obligatorio.
Pero, ¿puede realmente tener un impacto una prohibición sin sanciones concretas? Naota Suzuki, abogado de Nakamura Law Offices en Shibuya, señala que “hay leyes que no tienen castigos pero son efectivas”. Él dice que el éxito o no de estas leyes no aplicadas se basa en el concepto japonés de meiwaku, que puede traducirse como “ser una molestia para los demás”.
El alcalde Ohki cree que la prohibición ayudará a los residentes a percibir el comportamiento de los ‘zombis de teléfonos inteligentes’ como meiwaku, y ajustar sus acciones de acuerdo con una norma social en evolución.