No había llegado a sus 27 años, cuando Jimi Hendrix, considerado por muchos el mejor guitarrista del mundo, ya tenía disminuida gran parte de su capacidad auditiva. Quienes lo conocieron y siguieron de cerca su carrera musical cuentan que para hacer sus composiciones, Hendrix debía colocar al máximo el volumen del amplificador sin ninguna clase de protección en sus oídos.
Las mismas consecuencias ha tenido que enfrentar el guitarrista de la banda británica The Who, Pete Townshend, quien a sus 75 años “se ha quedado tan sordo como una tapia”, según señala su colega Roger Daltrey.
Estos artistas no tomaban ninguna precaución al hacer sonar su instrumento a niveles muy altos de volumen, y tampoco lo hacían durante sus extensas jornadas de grabación, en las que permanecían con auriculares para componer y escuchar su música.
Actualmente, numerosas plataformas de ‘streaming’ y sitios de descargas permiten llevar en el móvil nuestra música y podcasts, por lo que generalmente nunca faltan los auriculares disponibles para colocarlos directamente en nuestros oídos y desconectarnos del ruido externo.
El doctor Sreekant Cherukuri, un especialista en oído, nariz y garganta, dijo en un reportaje para NBC News que la pérdida de audición entre los adolescentes de hoy es aproximadamente un 30 por ciento más alta que en las décadas de 1980 y 1990.
La progresiva desaparición de los equipos de sonido, la creciente accesibilidad de la música a través de los dispositivos móviles y el reciente auge del teletrabajo (que casi siempre requiere del uso de auriculares) nos ha llevado a tener siempre a la mano estos aparatos.
En atención a lo anterior, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió en 2015 que unos 1.100 millones de adolescentes y adultos jóvenes corren el riesgo de sufrir pérdida auditiva debido al uso inseguro de dispositivos de audio personales.
Daño a la salud auditiva
El asunto va muy en serio cuando subimos el volumen del dispositivo móvil, que es cuando aparece la típica notificación de advertencia:
Escuchar música a un volumen alto puede producir un severo daño a su salud auditiva.
Un artículo publicado en ‘Mel Magazine’ también advierte sobre los riesgos del uso constante y a alto volumen de auriculares. Según señala su autor:
La escucha prolongada de ruidos fuertes causa pérdida de audición al dañar los estereocilios , que son pelos microscópicos que envían mensajes químicos a través de los nervios al cerebro cuando son doblados por el sonido que ingresa al canal auditivo. Cuando el sonido es demasiado alto durante demasiado tiempo, estos estereocilios se rompen.
¿Cuál es el volumen más seguro para escuchar música?
Los Centros para el Control y Detección de Enfermedades (CDC) norteamericanos recomiendan limitar el sonido un 70% del volumen, teniendo en cuenta que la mayoría de ‘smartphones’ producen un máximo nivel acústico de 100 a 115 decibeles.
Así entonces, lo mejor será no ignorar la advertencia automática que aparece en la pantalla del móvil cuando excedemos este nivel. Hacerlo, implica un mayor riesgo de deterioro de nuestra capacidad auditiva o de padecer en el futuro episodios de tinnitus (molesto zumbido en los oídos que surge tras exponernos a sonidos demasiado altos).
Otro factor que condiciona la seguridad de nuestra audición es el tipo de auriculares. Si bien podemos pensar que los de diadema son más sanos porque no los introducimos en el canal auditivo, como sí ocurre con los audífonos intrauriculares, estos también están diseñados para aislar el ruido exterior. Sin embargo, en el mercado encontramos varios modelos que no cancelan tanto el ruido del exterior, lo cual hace más probable que acabemos subiendo más el volumen, lo que al final acabará jugando en contra nuestra.
En cualquier caso, la apuesta más segura para reducir el riesgo de daño a nuestra audición es mantener los auriculares por debajo del 70 por ciento de su volumen máximo (La mitad del volumen suele ser mejor) e intentar no extender por mucho tiempo su uso, optando en la medida de lo posible por alternativas como escuchar música o podcasts en altavoces.